ENGLISH VERSION AVAILABLE
Durante los últimos 24 años he creado varias compañías y he sido parte de diversas iniciativas. Algunas fueron exitosas y otras grandes fracasos. Para cada proyecto siempre hay una persona responsable de su implementación. Sin embargo, en muchas ocasiones, la falta de éxito se debe a que los individuos no hacen su trabajo y no están dispuestos a rendir cuentas de sus acciones. El éxito y crecimiento de cualquier empresa tiene mucho que ver con su rendición de cuentas. Así que, ¿cómo hacemos que la gente se responsabilice de sus acciones? En primer lugar, ¿qué significa rendir cuentas? La rendición de cuentas se refiere a cuando una persona, organización o institución debe justificar sus acciones o decisiones. Creo que encontré una solución para que la gente se responsabilice de sus acciones. Imagínate: ¿Cómo sería si todos naciéramos con el mismo “apellido” y nuestras acciones y decisiones determinaran cuál es nuestro “nombre”? Pues decidía llamarlos a todos por el mismo apellido: ÚTIL. En adelante, las acciones de la gente determinarán su primer nombre, sólo tienen dos opciones: MUY o IN. Así, puedes llamarte Sr. Muy Útil o Sr. In Útil. El Sr. Muy Útil será conocido como una persona de beneficio para la empresa, sobresaliente, dispuesto a ayudar a los demás, que agrega valor, que genera ganancias, que es constructivo, valioso y productivo. El Sr. In Útil será conocido como una persona incompetente, inepta, ineficiente, incapaz, inadecuada, sin remedio, no confiable, mal hecha, informal, patética y sin remedio. ¿Quién en su sano juicio querría que el Sr. In Útil fuera parte de su equipo? Una cosa es cometer errores, dado que nadie es perfecto y todos los cometemos; y otra muy distinta es equivocarse porque no estás dispuesto a hacer tu trabajo o a desempeñarte de la forma en que te has comprometido a hacerlo. Los errores suceden, los fracasos son parte de la vida. La clave está en esforzarte en ser una persona responsable de tus acciones. Un ejemplo cercano lo encontramos cada uno en casa. Por ejemplo, mis hijos se responsabilizan de lo que hacen. La confianza es maravillosa, siempre y cuando haya una adecuada implementación de las responsabilidades. Confiamos en que nuestros hijos harán lo correcto, pero de todas formas los supervisamos, para estar seguros. La confianza puede ser un error cuando no se establecen parámetros claros. Es necesario supervisar constantemente lo que esperas que hagan. Pasar tiempo de calidad con nuestros hijos nos da la oportunidad de conversar con ellos acerca de nuestras expectativas y de escuchar lo que ellos piensan. Esto lo hacemos todos los días, por ejemplo, a la hora de la cena familiar. A menudo damos seguimiento a su progreso, ya sea en la escuela, o en lo social o personal. Lo que nos da una idea clara de si nuestra forma de abordar ciertos asuntos es la adecuada o es necesario ajustarla para lograr nuestros objetivos. Y lo más importante, los niños sienten que son parte de un verdadero equipo y no que sólo están siguiendo reglas. Establecer objetivos juntos les da a los niños la sensación de control y de que su voz cuenta a la hora de hacerlo. Los motiva a alcanzarlos y se sienten satisfechos si lo logran. De esta forma los responsabilizamos de sus acciones, negativas o positivas. La responsabilidad es clave para el éxito en la vida. En cualquier campo, profesión o edad. Cuando la gente se responsabiliza de sus acciones, tienden a hacer lo correcto. Espero que este experimento motive a la gente a ser parte de la familia de los Muy Útiles. “No somos responsables sólo de lo que hacemos, sino también de lo que no hacemos.” -Moliere. Traducido por Lilyán de la Vega para PROVOLUCIÓN la cual se dedica a contribuir a la transformación social a través del desarrollo del potencial humano http://www.provolucion.com.mx/blog/entry/responsabilidad-rendir-cuentas
0 Comments
Leave a Reply. |
Who I am today as a person is largely due to my failures! Archives
January 2024
|